Lo lloró el ‘Loco’, Sebastián Abreu se pronunció sobre la muerte de Mario Zagallo con emotivo mensaje

El fallecimiento de Mario Zagallo remeció el mundo del fútbol sudamericano por la envergadura de su trayectoria en Brasil. Quien no fue ajeno a esto fue Sebastián el ‘Loco’ Abreu quien se pronuncio sobre el deceso de la leyenda brasileña a través de sus redes sociales.

En una publicación en Instagram, Abreu posteó una foto junto a Zagallo donde ambos lucen la camiseta con el número 13, capturando el momento en que el uruguayo se unió al equipo Botafogo. Esta instantánea pertenece al momento en el que Abreu fichó por el equipo brasileño en el 2010. El uruguayo fue recibido por Zagallo, ídolo histórico del equipo. Al recibir la camiseta, Zagallo expresó su confianza en que Abreu seguiría anotando muchos goles para el Botafogo: "Estoy seguro de que él dará continuidad en el Botafogo a los muchos goles que anotó por la Selección de Uruguay", dijo.

Asimismo, Abreu también señaló que más allá de lo que pudiera suceder en el futuro, ese momento sería inolvidable, ya que recibió la camiseta de las manos de un fenómeno como Zagallo. "Independientemente de lo que pueda ocurrir a partir de ahora, este momento será único, ya que recibí esta camisa de las manos de un fenómeno como Zagallo".

Zagallo, lateral izquierdo profesional, fue tres veces campeón de Río de Janeiro con el Flamengo de 1953 a 1955. En 1958, ganó su primer Mundial con Brasil. En 1962, salió campeón en Chile y se retiró en 1964, iniciando su carrera como entrenador.

En 1970, dirigió a Brasil y ganó la Copa del Mundo junto a Pelé, Rivelino, Jairzinho y Carlos Alberto. En 1994, participó como coordinador técnico en la campaña del equipo en la Copa de Estados Unidos. Llegó a la final del Mundial de 1998 como entrenador, pero el equipo fue derrotado por Francia.

Vivió el Maracanazo

Zagallo, antes de ser futbolista, presenció desde las gradas la victoria de la selección uruguaya sobre la brasileña en la final del mundo de 1950, conocido como el ‘Marcanazo’. "A los 18 años fue llamado a filas para servir en el Ejército y comenzó su relación con los Mundiales. Todo empezó con un revés. Proporcionó seguridad a las gradas del Maracaná durante la derrota de Brasil ante Uruguay en la final del Mundial de 1950. Fue, por tanto, testigo del fatídico Maracanazzo", señaló la publicación que informó sobre su fallecimiento.