Selección de Uruguay

Matías Cóccaro; el origen de su bigote y los problemas psicológicos que padece

El goleador uruguayo habló de todo antes de marcharse de Argentina

Por Dante Sosa

El goleador uruguayo habló de todo antes de marcharse de Argentina
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En el último tiempo, durante su pasaje por el fútbol argentino, Matías Cóccaro se convirtió en un jugador muy polémico allí no solo por su peculiar aspecto físico, sino por su fuerte personalidad dentro de la cancha y los diferentes cruces que tuvo con jugadores importante de dicha liga.

De todas maneras, para los hinchas de Huracán, equipo en el que militó todo este tiempo, el uruguayo es más que bien recordado, ya que fue la principal figura del equipo en los últimos años y en la reciente temporada alcanzó el objetivo de salvar al Globo de perder la categoría hacia la Segunda División.

Ahora el Zorro se convirtió en refuerzo del Montreal Impact de la Major League Soccer (MLS), pero antes de marcharse de Argentina, dialogó cómodamente con Diaro Olé y tocó temas profundos de los que no había hablado nunca y que llamaron la atención de más de un hincha a modo de reflexión.

Justamente, estos días son sensibles porque se cumplieron tres años de la muerte de Santiagoel MorroGarcía, exjugador de Nacional, Godoy Cruz, entre otros, que decidió quitarse la vida por problemas depresivos. Cóccaro decidió hablar sobre ese tema y confesó estar tratando diferentes problemas psicológicos que atraviesa.

Las fuertes declaraciones del Zorro

Consultado sobre el origen de su bigote, el cual suele ser motivo de burla para mucha gente y es más que criticado, Matías Cóccaro contó que se lo deja en honor a Freddie Mercury. Al mismo tiempo, reconoció tener miedo por todo: “Mi psicóloga me ayuda a enfrentar mis temores y superarlos, pero creo que es elemental entender que los futbolistas no somos robots. Los futbolistas tenemos emociones y sentimientos que influyen en el estado anímico. La presión es completamente psicológica. Si estás fuerte de la cabeza todo va a suceder, pero si estás mal no”, relfexionó.


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