Santiago Mouriño y una violenta recibida en Real Zaragoza

En el presente mercado de pases, Santiago Mouriño, marcador central uruguayo de 21 años, fue noticia en las principales agendas del país por su flamante traspaso al Atlético de Madrid, procedente de Racing Club de Montevideo. El zaguero generó mucha ilusión entre todos los charrúas por la posibilidad de convertirse en el sucesor inmediato de Diego Godín en el equipo dirigido por Diego Simeone.

Además, contaba con la ayuda y los consejos de José María Giménez, quien ocupa su misma posición, es compatriota suyo y también es uno de los referentes que tiene el plantel del Cholo. Por eso, Marcelo Bielsa se encontró muy atento a la evolución de Mouriño dentro del elenco Colchonero, aunque se terminó llevando una sorpresa con la determinación tajante que tomaron en el equipo español.

Es que, como Simeone aseguró que no lo tendría en cuenta durante la temporada entrante, desde la dirigencia del Aleti decidieron buscarle una salida a préstamo al defensor uruguayo para que no se quede relegado en el equipo madridista y siga teniendo minutos de juego en otro lugar, el cual encontraron rápidamente: el Real Zaragoza es el nuevo destino de la joya charrúa para el 2023/24.

De esta manera, luego de ser oficializado como nuevo refuerzo del Zaragoza, Santiago Mouriño fue transferido dos veces en el mismo mercado de pases, aunque parezca contradictorio. Ahora el uruguayo buscará brillar en su nuevo equipo para llamar la atención de Diego Simeone y, al momento de volver a las arcas del Atlético de Madrid, tener un lugar en la consideración del DT argentino. Mientras tanto, el ex Racing tuvo una dura recibida en su nuevo club.

¿Cómo fue la violenta recibida que le dieron a Mouriño en Zaragoza?

Luego de confirmarse su traspaso al Real Zaragoza a préstamo hasta junio del 2024 procedente del Atlético de Madrid, Santiago Mouriño tuvo su primer entrenamiento en su nuevo equipo, y sus compañeros, como es habitual en los jugadores que se estrenan con cada plantel, fue recibido por la famosa pasarela en la que recibe algunos golpes moderados como forma de bienvenida.